EUROPA
PRESS
21 septiembre
2019
Alzheimer:
la importancia de adaptar la estimulación cognitiva a la fase de demencia
La estimulación cognitiva es un tipo de
terapia compuesta de ejercicios que favorecen la mejoría o mantenimiento de los
déficits cognitivos y enfermedades como la demencia o el Alzheimer. Se enfoca
sobre áreas como la memoria, el cálculo o el lenguaje y puede resultar muy
beneficiosa.
Así lo defiende en una entrevista con Infosalus
la presidenta de la Sociedad Española de Médicos de Residencias (SEMER), la
doctora María José Cebrián, que especifica que
cualquier persona con deterioro cognitivo o demencia "aunque sea un estadío muy evolucionado" se puede beneficiar de la
terapia. De hecho, "forma parte del tratamiento integral de las demencias",
agrega la experta.
No es, eso sí, la única línea de tratamiento para los
déficits cognitivos o las demencias. "Es un tratamiento adyuvante al
tratamiento farmacológico", precisa la doctora Cebrián,
que insiste en que la terapia debe adaptarse a las diferentes fases de la
dolencia en los que se encuentre la persona en cuestión.
"Siempre adaptándola a los diferentes estadíos: no es lo mismo la estimulación cognitiva en un estadío precoz de una demencia que un tipo de estimulación
cognitiva en un estadío de demencia grave o
severa", incide la presidenta de SEMER.
En el caso de una persona con una demencia leve o una
demencia incipiente, la doctora Cebrián concreta que
los ejercicios que se llevan a cabo consisten, por ejemplo, en leer prensa,
recordar lo leído y comentarlo. "Trabajamos con ello el lenguaje, la
comprensión lectora y la memoria de fijación", expone la experta.
Asimismo, una fase incipiente de demencia conlleva que estas
terapias se consideren como parte del envejecimiento activo. "Sí, por
supuesto. Es cuando podemos hablar de la terapia como promotor del
envejecimiento activo", confirma la doctora Cebrián,
que detalla que la estimulación cognitiva proporciona beneficios en esta fase y
que, en las más avanzadas, los resultados "son más de mantenimiento".
Estadíos leves o moderados implican el
uso de musicoterapia. El objetivo son "las
reminiscencias", según la doctora Cebrián.
"Es bueno hacer un mapa de vida, y ver lo que para ellos han supuesto las
actividades de ocio, qué música les gustaba escuchar, las actividades de relax
y, de acuerdo a eso, ponerles música que les evoque reminiscencia", señala
la presidenta de SEMER, que agrega que los pacientes, cuando escuchan la
música, les cuentan lo qué hacían cuando la escuchaban.
"Volvemos a trabajar otra vez la memoria, pero ya no la
de fijación, sino la memoria más antigua, que es la que recuerdan este tipo de
pacientes. Con un paciente que tiene un deterioro cognitivo leve sí podemos
trabajar la fijación, pero con un paciente con una demencia más avanzada la de
fijación no puede trabajarse porque ya es una memoria que tiene completamente
perdida", lamenta la doctora Cebrián.
En cuanto a los estadíos severos,
los profesionales llevan a cabo "la estimulación más básica, la que entra
por los sentidos", precisa la presidenta de SEMER. "Lo que hacemos es
trabajar la terapia Snoezelen, que va asociada a unas
salas que tienen luces o sonidos de agua y son para gente que no es capaz de
percibir nada ni recordar nada", indica la experta.
En este caso, lo que consiguen es que "una persona que
está en un estado completamente apático, pasivo, que no es capaz de manifestar
ningún tipo de conexión con el mundo", según la doctora Cebrián, realice "reflejos de lo más mundano: que coma
o que beba", continúa la experta.
Siempre con un
profesionales
La doctora Cebrián hace hincapié
en que este tipo de terapias han de realizarse con un profesional y que, si se
practican en casa, siempre estén tutorizadas por uno.
"Muchas veces, con la mejor intención, en las consultas de Geriatría se
les dice que les vendría bien estimulación cognitiva y les ponen a hacer sopas
de letras, por ejemplo, pero este ejercicio supone un sobreesfuerzo para esa
persona con ese deterioro y consigues un efecto perjudicial", critica la
presidenta de SEMER.
El resultado final es que la persona en cuestión "es
consciente de que no puede hacer eso, se viene abajo y deja de realizar este
tipo de terapias", expone la doctora Cebrián.
"Siempre hay que adecuarlo al estadío y de la
mano de un profesional", incide.